Era el año de 1987. El mes de agosto más precisamente. Los primeros plantones llegaban en una vieja y medio oxidada pick-up negra y fueron plantados bajo la llovizna que lentamente caía en aquella tarde de invierno. Y lo que antes era un pasto mal cuidado de braquiaria (pasto barrera), se tornaría años más tarde en un pequeño bosque. Después de ese tiempo, se convirtió en refugio, no sólo de más de mil especies de plantas sino que también de las más variadas especies de pájaros y animales.
En los primeros años, los plantones eran comprados, pero con el tiempo no se encontraban más especies diferentes para plantar, principalmente de palmeras – que era lo más adecuado para aquel suelo. Fue entonces que surgió el Vivero Alhambra. Llegó para suplir la colección con nuevas especies, ya que semillas variadas llegaban desde los más lejanos rincones. De ahí a convertirse en un vivero comercial fue, como dicen por ahí, en un santiamén. Pura vocación.
Empezamos atendiendo a coleccionadores que hasta hoy son nuestro foco principal pero, con el tiempo, el proyecto se fue ampliando. Paisajistas y productores también vinieron a ser parte del equipo.
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